Entre los crímenes de la dictadura podemos citar uno que se comenta poco pero que es muy indicativo de las formas totalitarias que asumía la censura militar: la quema de un millón y medio de libros.
26 de junio de 1980 en un baldío , de la vecina localidad de Sarandí , 24 toneladas de libros- del Centro Editor de América Latina- eran reducidos a cenizas. Un juez de La Plata ordenó la quema por considerar este material “subversivo y peligroso” . No alcanzó con la quema , sino que reclamó un registro fotográfico exhaustivo para documentar el expediente. 37 años después , los negativos recuperados sirven de base a Memoria en llamas, una muestra fotográfica y documental realizada por el periodista Alejo Moñino que se exhibe en el Centro Cultural de la Cooperación.