Se fue un grande de la comunicación, terco, tenaz, un deportista de la vida. Decía que le gustaba mucho leer literatura pero que para tratar de comprender el mundo era necesario estudiar, entender la economía, la economía politíica. Apasionado del running y el deporte, del basquet: era fanático confeso de Manu Ginobili. Una de sus obsesiones era la distribución desigual de las ganancias en la económia capitalista. Investigó y denunció siempre la corrupción y escribió libros sobre el tema que fueron vanguardia. Tenia 61 años y era uno de los referentes del periodismo económico argentino. Un tipo querible con el cual nos identificamnos muchos de mi generacion.