El Estado le paga la mitad del sueldo a los empleados de 250.000 empresas, se lo ahorran los empresarios que despiden, que rebajan sueldos, cuyos dueños evaden impuestos, fugan guita a paraísos fiscales, compran dólares, cobran dividendos en plena pandemia, se auto-compran acciones a bajo precio. Ese mismo Estado por otro lado les subsidia impuestos, flexibiliza las leyes laborales, no les cobran impuesto a la riqueza ni a las grandes fortunas y cuando los trabajadores reclaman le mandan la policía o las patotas sindicales. Pero como son peronistas progresistas comunistas bolivarianos, todo lo hacen en nombre de la solidaridad.