Editorial.
Las brutales escenas de violencia del Miércoles pasado, remiten a los fusilamientos de José León Suárez (9/06/1956), y antes, a los bombardeos sobre plaza de Mayo (16/06/1955).
El Congreso amaneció vallado y las calles cerradas por retenes policiales que excedían ámpliamente la zona.
El ultimo Miércoles se llevó adelante una de las sesiones más bochornosas en tiempos de Milei, al solo efecto de aprobar el proyecto de ley Bases, que es la entrega de facultades extraordinarias al presidente, y conceder beneficios al poder transnacional concentrado. Logro político conseguido a fuerza de prebendas y aprietes.
El clima de la jornada había sido anticipado por el presidente, al declarar que es un topo dirigido a destruir al Estado. Solo esto justifica su destitución por juicio político.
La piedra de toque del derrumbe moral lo dio la vicepresidenta Villaruel, hija negacionista de un genocida, que se burló de la noble y valiente historia personal del senador Wado de Pedro, cuya madre fue asesinada por la última dictadura, quien había pedido conformar una comisión de senadores para frenar la represión.
La violencia de la tarde había tenido un anticipo, cuando miembros de prefectura se encarnizaron con los diputados Carlos Castagneto y Eduardo Valdés, agredidos en momentos en que dialogaban con el oficial a cargo.
Pero la cobardía del ataque de las fuerzas de seguridad desplegadas por Patricia Bullrich arreció sobre los ciudadanos de a pie, que llegaban en el momento que las organizaciones gremiales, sociales, y políticas, concentradas desde la madrugada, se retiraban ordenadamente.
Entonces aparecieron grupos de encapuchados. Ellos volcaron e incendiaron un automóvil y luego se mezclaron entre las fuerzas policiales.
A partir de ahí, fue una cacería. Policías motorizados persiguiendo a manifestantes. Hay 33 detenidos, muchos de ellos acusados del delito de sedición, sin otra causal que no sea el de aterrorizar a la ciudadanía.
Revelando que la jugarreta estaba planificada, salieron el unísono el twitter de Milei denunciando un intento de golpe de Estado, y los farfulleos de Bullrich, hablando de sedición, y golpe blando. Ya tienen en Carlos Stornelli al fiscal que se prestará a la charada, armando una catarata de delitos para imputar a las personas detenidas.
En tiempos en que lo siniestro se solaza sobre los más débiles, no podemos perder la humanidad, la sonrisa de Lita, el coraje de Hebe, y el tesón invencible de Nora, nuestras queridas Madres que nos han dejado su luminosidad, tras 47 años de poner el cuerpo mostrando el camino.
No olvidemos los sueños de los 30.000, y de tantos y tantas militantes del pueblo que dejaron jirones de su vida, por una patria Justa, Libre y Soberana, unida al destino de la Patria Grande.
Hay que seguir andando nomás, y seguir luchando. Organizados, Unidos, Solidarios. Solo el pueblo, salvará al pueblo.
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Editorial.
Las brutales escenas de violencia del Miércoles pasado, remiten a los fusilamientos de José León Suárez (9/06/1956), y antes, a los bombardeos sobre plaza de Mayo (16/06/1955).
El Congreso amaneció vallado y las calles cerradas por retenes policiales que excedían ámpliamente la zona.
El ultimo Miércoles se llevó adelante una de las sesiones más bochornosas en tiempos de Milei, al solo efecto de aprobar el proyecto de ley Bases, que es la entrega de facultades extraordinarias al presidente, y conceder beneficios al poder transnacional concentrado. Logro político conseguido a fuerza de prebendas y aprietes.
El clima de la jornada había sido anticipado por el presidente, al declarar que es un topo dirigido a destruir al Estado. Solo esto justifica su destitución por juicio político.
La piedra de toque del derrumbe moral lo dio la vicepresidenta Villaruel, hija negacionista de un genocida, que se burló de la noble y valiente historia personal del senador Wado de Pedro, cuya madre fue asesinada por la última dictadura, quien había pedido conformar una comisión de senadores para frenar la represión.
La violencia de la tarde había tenido un anticipo, cuando miembros de prefectura se encarnizaron con los diputados Carlos Castagneto y Eduardo Valdés, agredidos en momentos en que dialogaban con el oficial a cargo.
Pero la cobardía del ataque de las fuerzas de seguridad desplegadas por Patricia Bullrich arreció sobre los ciudadanos de a pie, que llegaban en el momento que las organizaciones gremiales, sociales, y políticas, concentradas desde la madrugada, se retiraban ordenadamente.
Entonces aparecieron grupos de encapuchados. Ellos volcaron e incendiaron un automóvil y luego se mezclaron entre las fuerzas policiales.
A partir de ahí, fue una cacería. Policías motorizados persiguiendo a manifestantes. Hay 33 detenidos, muchos de ellos acusados del delito de sedición, sin otra causal que no sea el de aterrorizar a la ciudadanía.
Revelando que la jugarreta estaba planificada, salieron el unísono el twitter de Milei denunciando un intento de golpe de Estado, y los farfulleos de Bullrich, hablando de sedición, y golpe blando. Ya tienen en Carlos Stornelli al fiscal que se prestará a la charada, armando una catarata de delitos para imputar a las personas detenidas.
En tiempos en que lo siniestro se solaza sobre los más débiles, no podemos perder la humanidad, la sonrisa de Lita, el coraje de Hebe, y el tesón invencible de Nora, nuestras queridas Madres que nos han dejado su luminosidad, tras 47 años de poner el cuerpo mostrando el camino.
No olvidemos los sueños de los 30.000, y de tantos y tantas militantes del pueblo que dejaron jirones de su vida, por una patria Justa, Libre y Soberana, unida al destino de la Patria Grande.
Hay que seguir andando nomás, y seguir luchando. Organizados, Unidos, Solidarios. Solo el pueblo, salvará al pueblo.
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