August 19, 2021 13:33
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Macarena Romero Acuña, antropóloga e integrante de la Multisectorial, dialogó por la Ley de Humedales y la travesía que se inició en Rosario y llegó hasta la Ciudad de Buenos Aires: con Lucho Galende y equipo. Consultada sobre como fue la travesía: "Fueron varias paradas, en cada localidad. Fueron 13 días remando y 14 paradas. El itinerario cambio constantemente porque no sabíamos como estaba el río", contó. Además, abordó las particularidades ambientales con las que se encontraron en la travesía: "En Ramallo llegamos y pudimos ingresar y guardar los kayaks". Al otro día, contó, "bajó el río como 45 cm, tuvimos que cargarnos los kayaks al hombro y fuimos hasta otra costa más profunda para poder salir. La bajante siguió afectando la travesía". En ese sentido, se preguntó: ¿Qué pasa con los pescadores, la gente que trabaja y necesita estas embarcaciones?". "Nos dividimos en dos grupos, el de agua y el de tierra, que hacía todas las logísticas", comentó. "La realidad es que cuando nosotros íbamos remando, conmovía la gente desde sus casas y parajes saludando, algunos gritando en defensa del territorio", agregó. Read more
Macarena Romero Acuña, antropóloga e integrante de la Multisectorial, dialogó por la Ley de Humedales y la travesía que se inició en Rosario y llegó hasta la Ciudad de Buenos Aires: con Lucho Galende y equipo. Consultada sobre como fue la travesía: "Fueron varias paradas, en cada localidad. Fueron 13 días remando y 14 paradas. El itinerario cambio constantemente porque no sabíamos como estaba el río", contó. Además, abordó las particularidades ambientales con las que se encontraron en la travesía: "En Ramallo llegamos y pudimos ingresar y guardar los kayaks". Al otro día, contó, "bajó el río como 45 cm, tuvimos que cargarnos los kayaks al hombro y fuimos hasta otra costa más profunda para poder salir. La bajante siguió afectando la travesía". En ese sentido, se preguntó: ¿Qué pasa con los pescadores, la gente que trabaja y necesita estas embarcaciones?". "Nos dividimos en dos grupos, el de agua y el de tierra, que hacía todas las logísticas", comentó. "La realidad es que cuando nosotros íbamos remando, conmovía la gente desde sus casas y parajes saludando, algunos gritando en defensa del territorio", agregó.