April 01, 2016 17:16
00:00 / 13:41
6 plays
Este viernes finalizaron los contratos que fueron prorrogados en diciembre pasado y revisados por el Ministerio de Modernización. Según estimaciones de la Asociación de Trabajadores del Estado, unas 25 mil personas podrían quedar desocupadas en caso de que el Gobierno decida prescindir de sus servicios, como la ha venido haciendo hasta el momento, con miles de empleados públicos. Con el argumento de que se trata de ñoquis, de que hay que “limpiar la grasa del Estado” y de que el kirchnerismo había convertido al estado en la “guarida” de sus militantes, a fines de febrero, la cantidad de cesantes había superado a los 7 mil. La semana pasada el número iba por los 9 mil despidos (siempre hablando de empleados del estado nacional) y ayer a la noche superaba los diez mil. En lo que va de enero a hoy, a ellos hay que sumarles otros 20 mil despedidos por las gobernaciones y municipios. Esta caza de brujas encubrió a su vez la destrucción de programas y áreas destinadas a dar contención social (como el programa Progresar, destinado a que los jóvenes retomen sus estudios), la atención de la salud, el desarrollo tecnológico (como es el caso de los satélites de ARSAT), el control de delitos económicos y el impulso y sostén a los juicios por los crímenes cometidos por la dictadura. Read more
Este viernes finalizaron los contratos que fueron prorrogados en diciembre pasado y revisados por el Ministerio de Modernización. Según estimaciones de la Asociación de Trabajadores del Estado, unas 25 mil personas podrían quedar desocupadas en caso de que el Gobierno decida prescindir de sus servicios, como la ha venido haciendo hasta el momento, con miles de empleados públicos. Con el argumento de que se trata de ñoquis, de que hay que “limpiar la grasa del Estado” y de que el kirchnerismo había convertido al estado en la “guarida” de sus militantes, a fines de febrero, la cantidad de cesantes había superado a los 7 mil. La semana pasada el número iba por los 9 mil despidos (siempre hablando de empleados del estado nacional) y ayer a la noche superaba los diez mil. En lo que va de enero a hoy, a ellos hay que sumarles otros 20 mil despedidos por las gobernaciones y municipios. Esta caza de brujas encubrió a su vez la destrucción de programas y áreas destinadas a dar contención social (como el programa Progresar, destinado a que los jóvenes retomen sus estudios), la atención de la salud, el desarrollo tecnológico (como es el caso de los satélites de ARSAT), el control de delitos económicos y el impulso y sostén a los juicios por los crímenes cometidos por la dictadura.