[COLUMNA] Crónicas filosóficas por Guada Reinoso: La escucha

El tema del que me gustaría hablar hoy se inspira en las repercusiones -suena muy pomposo, en los comentarios- que tuvo mi primera columna emitida la semana pasada. Sorpresivamente, lo planteo así porque fue un regalo que no esperaba, fue una sorpresa, recibí varias devoluciones, que agradezco mucho, sobre mi participación en el programa. Para agrupar los diferentes cometarios que me llegaron diré que lo primero que recibí fue aliento y estímulo por formar parte de este programa, de este espacio; y aliento y entusiasmo por disponer de un lugar para que una voz formada en filosofía comience a cohabitarlo. Lo segundo, fue una pluralidad muy variada de comentarios sobre, digámoslo así, la forma y el contenido. Algunas personas disfrutaron el aporte sobre los feminismos para pensar -o repensar- algunos aspectos sobre la noción de privilegios, otras, ciertamente, no; otras destacaron la claridad y pedagogía en la exposición para presentar el tema; otras, en cambio, que podría trabajar “genealógicamente” los conceptos –éste, está claro, es un amigue filosofe-; otras, destacaron la calidad en la improvisación para hilvanar ideas; otras, que debería guionar o estructurar más la columna... Podría seguir pero creo que es muestra suficiente para introducir el tema de hoy, un tema que es cardinal para la radio –que es el medio en el que aparecen estas columnas- pero también considero que es un tema esencial para la filosofía: la escucha. Como la propuesta de la columna es operar, trabajar, abrir, desenvolver conceptos a partir de la filosofía podemos comenzar con algunas preguntas: la escucha ¿es neutral, transparente, pasiva? ¿Escuchamos todes lo mismo? ¿Podemos ejercer algún tipo de control sobre lo que les otres escuchan? ¿Podemos ejercitarnos –en el sentido de cultivar, mejorar, entrenar- una escucha más atenta, más reflexiva, más juiciosa, más responsable, más respetuosa?