June 01, 2023 14:18
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Los medios y las plataformas crean una necesidad psicológica y los políticos de la negación venden a los consumidores la droga que los alivia, droga con todos los ingredientes reaccionarios que se puedan imaginar: seguridad, inmediatez, victimización. El nuevo mote de “libertario” fue una estrategia conocida en los negocios: cuando una empresa está quebrada por las deudas, se la declara en bancarrota, se le cambia el nombre y se continúa con en el mismo negocio. Libertario y neoliberal son la misma cosa, pero los libertarios le agregaron la furia del predicador La política de la negación es la política del exitismo frustrado: “la derecha sabe gobernar pero tiene mala suerte”, por eso fracasa siempre. El sentimiento de frustración fue una razón para que millones de europeos civilizados apoyasen el fascismo y el nazismo hace cien años. Si ya no lo vemos venir, es porque estamos dentro de ese absurdo suicida. ¿Qué más radical que presentar a los tradicionales opresores de clase, de género y de etnias ajenas como víctimas? Nada diferente a los dictadores latinoamericanos promovidos por las Transnacionales. Esta derecha rancia y rejuvenecida a fuerza de cirugía es tan libertaria que solo prohíbe algo cuando los de abajo amenazan con obtener o conservar algún derecho. Siempre en nombre de la Ley y el Orden. Como decía Anatole France, “la Ley, en su magnífica ecuanimidad, prohíbe, tanto al rico como al pobre, dormir bajo los puentes, mendigar por las calles y robar pan”. Read more
Los medios y las plataformas crean una necesidad psicológica y los políticos de la negación venden a los consumidores la droga que los alivia, droga con todos los ingredientes reaccionarios que se puedan imaginar: seguridad, inmediatez, victimización. El nuevo mote de “libertario” fue una estrategia conocida en los negocios: cuando una empresa está quebrada por las deudas, se la declara en bancarrota, se le cambia el nombre y se continúa con en el mismo negocio. Libertario y neoliberal son la misma cosa, pero los libertarios le agregaron la furia del predicador La política de la negación es la política del exitismo frustrado: “la derecha sabe gobernar pero tiene mala suerte”, por eso fracasa siempre. El sentimiento de frustración fue una razón para que millones de europeos civilizados apoyasen el fascismo y el nazismo hace cien años. Si ya no lo vemos venir, es porque estamos dentro de ese absurdo suicida. ¿Qué más radical que presentar a los tradicionales opresores de clase, de género y de etnias ajenas como víctimas? Nada diferente a los dictadores latinoamericanos promovidos por las Transnacionales. Esta derecha rancia y rejuvenecida a fuerza de cirugía es tan libertaria que solo prohíbe algo cuando los de abajo amenazan con obtener o conservar algún derecho. Siempre en nombre de la Ley y el Orden. Como decía Anatole France, “la Ley, en su magnífica ecuanimidad, prohíbe, tanto al rico como al pobre, dormir bajo los puentes, mendigar por las calles y robar pan”.